Investidura Pedro Sánchez

Sánchez empuja a Podemos a negociar en 15 días para forzar elecciones

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, alarga sus reuniones con partidos políticos para comprimir al máximo la posible negociación con Podemos. No habrá nuevas ofertas.

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Los temores de Podemos a una negociación ‘in extremis’ con Pedro Sánchez se confirman conforme avanzan los días hacia el 23 de septiembre. El presidente en funciones ha comprimido los tiempos para evitar que la negociación con Iglesias se vuelva en contra de su deseo de gobernar en solitario -algo improbable según las pretensiones de Podemos- o abocar a unas nuevas elecciones.

Los plazos los marca la propia fecha de disolución de las Cortes y la convocatoria anticipada de elecciones. Ese día, si no existe un presidente investido, se hará realidad la celebración de comicios el 10 de noviembre. El escenario preferido por los socialistas, si Iglesias persiste en su condición de disponer de ministros en el gabinete.

Sánchez ha dejado correr los tiempos de forma intencionada. Como informó OKDIARIO, el presidente socialista no ha planificado la agenda de la semana que, hoy por hoy, mantiene una única cita, la reunión el viernes del Consejo de Ministros. Después, se desplazará a Biarritz para participar como invitado en la cumbre del G-7. Un viaje, del 24 al 26 de agosto, que aprovechará para reunirse con el PNV y con Miguel Ángel Revilla. Los peneuvistas optaron por la abstención en la investidura fallida, y criticaron que el candidato ni siquiera les hubiese invitado a las negociaciones. El voto del diputado del Partido Regionalista de Cantabria está asegurado.

Dos semanas

Sánchez dispondrá así de dos semanas, como máximo, para retomar las conversaciones con Podemos. La relación con los ‘morados’ está en punto muerto desde el fracaso de la investidura, y el malestar y la desconfianza es evidente. En La Moncloa, incluso, siembran dudas de que sea posible reconstruir los puentes. Más aún, a poco más de un mes para una eventual investidura.

El calendario apremia. Para que un candidato pueda ser investido antes del 23 de septiembre, el pleno en el Congreso habría de celebrarse la semana del 16 al 22. Siguiendo el reglamento, serían tres sesiones si el aspirante no logra la mayoría absoluta en la primera votación.

Para que las sesiones se celebren esos días, tendrían que convocarse, al menos, la semana anterior. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, debería valorar la fecha con el candidato en cuestión y comunicarla a los grupos, lo que exige de cierta previsión para la organización de los diputados. Cabe recordar que la investidura fallida -que comenzó el 22 de julio- se convocó 20 días antes. 

Y antes de fijar el día, el Rey tendría que proponer a un candidato tras una ronda de consultas con los representantes de las distintas formaciones. El monarca empleó dos días en reunirse el pasado junio con los 15 grupos con representación parlamentaria. Una ronda ‘exprés’ a la que el monarca ha sabido adaptarse, dado el complejo escenario político.

La agenda del Rey

Felipe VI no ha alterado sus planes. Seguirá adelante con su agenda, confirman desde la Casa Real y, llegado el momento, «se ajustará» la ronda correspondiente. Tras la investidura fallida, el Rey evitó convocar de inmediato a los partidos y les instó a negociar y llegar a acuerdos. Algo que el único candidato probable, Sánchez, ha incumplido. La llamada del monarca se produciría, pues, sobre la segunda semana de septiembre.

Así, por tanto, la negociación con Podemos se limita a quince días. Incluso menos. Las condiciones desde ambos bandos siguen inertes, en el mismo punto en que se dejaron semanas atrás. Desde el PSOE se insiste en que no se negociará un Gobierno de coalición y, desde Podemos, que no se cederá a un Ejecutivo ‘a la portuguesa’, sin ministros. La última propuesta socialista, antes de la investidura fracasada, tendía a los de Iglesias una vicepresidencia y tres ministerios.

En Podemos no olvidan tampoco la frase lapidaria de Sánchez, hace unas semanas, desde el Palacio de Marivent y tras verse con el Rey: «La desconfianza con Podemos es recíproca». 

La vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, confirmó este lunes que no ha habido nuevos contactos entre Sánchez e Iglesias de cara a la investidura, pero sí aseguró que la intención es reunirse «pronto».

Calvo no evitó los nuevos ataques al líder de Podemos, a quien reprochó su «personalismo». «Nos separan muchas cosas, en las políticas de Estado con Unidas Podemos tenemos discrepancias importantes», aseveró también.

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